Sin importarles que el centro comercial Miramar estuviera lleno de niños que sufren de diversos tipos de cáncer, delincuentes que se encuentran en proceso de identificación procedieron a generar el pánico y amenazar a una mujer con una bomba, que resultó ser falsa, para intentar robar a un corresponsal bancario. 

Marcela Campo, la gerente Centro Comercial Miramar, dio detalles en un comunicado de prensa emanado al mediodía de este sábado, sobre los dramáticos momentos vividos en dicho complejo de comercio cuando debió ser evacuado por una falsa alarma de bomba utilizada como señuelo para un robo. 

"Entre las 9:00 y 9:30 a.m. del día de hoy, abordaron a pocas calles del centro comercial a la empleada de uno de nuestros establecimientos comerciales y bajo amenaza de hacerle daño a su familia la obligaron a ponerse un cinturón que supuestamente contenía explosivos", relató Campo. 

Los antisociales tenían en su poder, según comentó el centro comercial, fotografías de los hijos de la mujer, con los cuales la intimidaron para que se colocara el señuelo. 

"Luego de seguirla hasta su puesto de trabajo, le exigieron que entregara el dinero que tenía en caja", explicó la gerente. 

"En cuanto nuestro personal de seguridad se percató de las anomalías, procedió a llamar a la policía que, como medida de precaución, mandó a evacuar las instalaciones mientras se confirmaban los hechos", añadió. 

Sin embargo la situación estuvo a punto de salirse de control, pues a esa misma hora niños que padecen de cáncer, invitados por dos fundaciones, se encontraban en el lugar en el marco de una campaña para las fechas festivas. 

"Nuestro centro comercial recibía la visita de cerca de 40 niños con cáncer de las fundaciones 'Sanar' y 'Andrea Vanessa', a los que planeábamos hacerles pasar una mañana recreativa, con juegos y regalos", detalló Campo. 

Pero poco le importó a los delincuentes, que en medio de la confusión de la evacuación, aprovecharon para escabullirse cobardemente entre la gente de bien que a esa hora hacía las comprar de la temproada navideña. 

"Una vez se comprobó que el artefacto no era más que un señuelo y que no revestía ningún tipo de peligro, se le permitió a los clientes y visitantes ingresar nuevamente al centro comercial", dijo. 

Sobre los niños, afortunadamente y gracias al cuidadeo de las personas a cargo y de las autoridades, no se presentaron mayores cosas que lamentar. Pero pese a la mala experiencia el Miramar se ha comprometido a seguir realizando actividades con los pequeños. 

"Es triste que personas sin ningún tipo de escrúpulos entorpezcan este tipo de iniciativas; sin embargo, este no será un obstáculo para que nuestro centro comercial siga trabajando por brindar bienestar a todos los barranquilleros", cerró. 

Las autoridades siguen en la labor de identificar a los criminales que realizaron este acto de terrorismo en la ciudad, algo intolerable para los ciudadanos.